La enseñanza de habilidades psicológicas para la vida a través del deporte

Lic. Carlos Giesenow

El deporte como ámbito de aprendizaje

El deporte es una actividad indispensable para el desarrollo saludable de los niños y adolescentes. Además, puede ser utilizado como metáfora para diversas situaciones de la vida cotidiana y es un medio que brinda la oportunidad para el aprendizaje de muchos tipos de lecciones más allá de la técnica/táctica específica de cada disciplina.

El deporte puede fomentar numerosas cualidades positivas, de tipo social (lealtad, cooperación, convivencia, respeto, tolerancia, amistad, compañerismo, trabajo en equipo, liderazgo), y personales (responsabilidad, perseverancia, disciplina, fuerza de voluntad, espíritu de sacrificio, creatividad). En este marco se pueden encuadrar las denominadas “habilidades para la vida” que nos permiten ser exitosos en cualquier ambiente en que nos desenvolvamos. Muchas de las habilidades que se aprenden en el deporte, como ser rendir bajo presión, resolver problemas, enfrentar desafíos, trabajar en función de objetivos, trabajar cooperando en equipo, el respeto por los reglamentos, etcétera, son transferibles a otros ámbitos, como el académico o el laboral, e incluso son competencias muy valoradas en dichos espacios.

La Psicología del deporte

La Psicología del deporte puede ser comprendida como un proceso educativo, es, entre otras cosas, una forma de obtener control sobre las propias conductas. Nos enseña a llegar a lo máximo de nuestras posibilidades, independientemente de la habilidad o el nivel de competencia. A diferencia de lo que suele creerse, la Psicología del deporte no es solo para atletas de elite; cualquier persona que realice algún tipo de actividad física (desde salir a caminar regularmente o competir en el más alto nivel deportivo) logra mayores beneficios en su rendimiento o en su bienestar aplicando principios de esta disciplina científica. Todas las personas, incluso niños y adolescentes, pueden beneficiarse aprendiendo las habilidades mentales útiles para el deporte y aplicarlas tanto a la competencia como a la vida cotidiana.

Debemos distinguirla de la Psicología clínica tradicional: en el deporte, el rol del psicólogo es preventivo y educativo. Trabaja primordialmente buscando el bienestar y la optimización del rendimiento a través de la enseñanza de habilidades mentales y removiendo déficits que obstaculizan el desempeño apropiado o las posibilidades de disfrute del deportista. Obviamente, al ser un trabajador de la salud no descuida los aspectos relacionados con la salud mental del participante.

Algunas de las habilidades y aptitudes que se pueden trabajar:

  • Autopercepción: el conocimiento de sí mismo es indispensable para cualquier proceso de cambio. Es necesario realizar una evaluación apropiada de las fortalezas y debilidades de cada uno.
  • Autoestima y autoconfianza: valorando nuestros aspectos positivos mejoramos nuestro autoconcepto y creemos en nuestra capacidad para alcanzar lo que queremos lograr. Las personas que están satisfechas consigo mismas generalmente son más productivas, más activas, están más dispuestas a tomar riesgos y a recuperarse tras algún fracaso.
  • Motivación: es necesario saber plantearnos metas realistas, alcanzables pero desafiantes para persistir en pos de nuestros objetivos. Muchos emprendimientos requieren la capacidad para ser automotivado.
  • Actitud positiva: lo que uno se dice a si mismo influye en las emociones y en las acciones que emprende.
  • Manejo de la ansiedad, de las presiones y del estrés: a través de técnicas de relajación y visualización, del autodiálogo y revisando determinadas creencias se puede buscar la regulación de las emociones, incluyendo el manejo del enojo.
  • Tolerancia a la frustración: una persona con “fortaleza mental” lucha durante más tiempo y con mayor intensidad por sus metas, sin importar los contratiempos.
  • Concentración: es la capacidad para focalizar la atención en los aspectos controlables de la tarea que se está realizando y no en potenciales distractores como pueden ser espectadores, el resultado, los rivales, etcétera. Implica estar comprometido con el objetivo.
  • Trabajo en equipo: las personas se desempeñan mejor cuando existe un ambiente positivo, es por ello que son cruciales aspectos como la comunicación, las habilidades interpersonales, la cooperación, el respeto por los compañeros, la solidaridad, sacrificar el beneficio personal por el bien del equipo, etcétera.
  • Liderazgo: la capacidad para influenciar positivamente a otros y “aparecer” cuando las circunstancias más lo requieren es clave a la hora de que un equipo alcance sus objetivos y es una de las habilidades interpersonales más buscadas en la actualidad.

En definitiva, lo que se busca es alcanzar el potencial realizando el máximo esfuerzo a la vez que se disfruta del proceso.

Cabe la aclaración de que si bien estas habilidades son transferibles de un dominio a otro, es decir, del deporte a otras áreas, este proceso no es automático y requiere de diferentes etapas que incluyen creer en el valor de las competencias adquiridas, creer que uno realmente las posee y las puede aplicar, y entender su utilidad en otros ámbitos

Asimismo, estas habilidades no se aprenden adecuadamente si no se enfatiza su instrucción y se orienta su aprendizaje de manera concreta. Cima Performance tiene desarrollados talleres y seminarios donde se enseñan específicamente estas capacidades empleando el deporte como medio. El objetivo de un Programa de habilidades psicológicas para la vida a través del deporte es que los jóvenes aprendan las habilidades y que las apliquen en primera instancia en el deporte para luego poder transferirlas a la vida, sean o no deportistas profesionales en el futuro, pues las aptitudes psicológicas que desarrollan en todos sus años de formación atlética les permiten ser más competentes en todas las áreas: si disfrutan de lo que hacen con intensidad, si perciben y actúan eficazmente, y si tienen confianza en sí mismos, serán lo mejor que puedan ser en cada proyecto que emprendan.